Está ahí. Sólo tienes que saber mirar.
Una mujer llega al hospital, tiene contracciones, es su primer bebé y está feliz. ¡Lo va a ver pronto por fin! Cuando las contracciones se intensifican pide la epidural. Se la ponen, y el dolor desaparece. Esta de buen humor, y el parto avanza bien. Al rato la matrona entra y se prepara para sondarla. La mujer oye la palabra sonda y se vuelve histérica , agitada gritando ¨¡¡prefiero morir antes de que me pongan una sonda!!¨ Lo grita con verdadera convicción. Nadie entiende. Le dicen que no es para tanto, que está exagerando, que no sea niña pequeña, que no sabe lo que dice .
Otra mujer llega al paritario, ha roto la bolsa y tiene contracciones. Nada mas entrar por la puerta de urgencias dice que no quiere exámenes vaginales, que le causan mucho dolor, que no, que no y que no. Se le intenta explicar que sin los exámenes no se va a poder evaluar el progreso de parto. Al final se le convence. El médico al examinarla le dice: estas muy contraída, afloja y no te va a doler. La mujer al escuchar esta frase, se echa a temblar y llora desconsoladamente. El médico empieza a perder la paciencia y le examina ignorando sus lágrimas.
Abre los ojos.
Estos son dos casos del hospital donde estuve trabajando este mes. Admito que no siempre tengo esta luz encendida , pero cada vez soy más consciente de determinadas situaciones. Y podría haber sospechado en más ocasiones que podía haber algo más, tras cosas similares.. como cuando una mujer dijo que prefería una cesárea antes del parto vaginal y que ojalá que no progresase el parto, su parto por supuesto dejó de progresar. Cuando otra pidió la epidural y cuando el anestesista se sentó detrás donde no le podía ver diciéndole que se quedara quieta, ella se puso extremadamente inquieta pidiendo que no le dejaran sola sin su pareja; o cuando otra mujer insistió en que no quería que le tocase ningún hombre. Fue atendida por un matrón, un ginecólogo y un anestesista.
Una de cada 4 mujeres ha pasado por algún tipo de acoso o abuso sexual. El 20% de ellas en la infancia. Con esta estadística no se puede tener la luz apagada. La mayoría prefiere no denunciar e intentar olvidarlo. Pero en el parto, todo puede brotar, es un desafío personal a otro nivel.
La verdad es que a los profesionales no nos gusta hablar de este tema. Casi que preferimos no saber. Si ya lo preguntamos, se nota la incomodidad de la pregunta, y además muchas veces pensamos, “y si me dice que sí, ¿Qué le digo y qué hago ahora con esta información?”
Entonces, ¿Cómo abordar estas situaciones?
Cuando estuve en Israel, conocí una matrona sabia, con mucha experiencia, que lo abordaba de la siguiente forma .Ella preguntaba a todas las mujeres:
- ¿Has tenido algún accidente grave?
- ¿Has estado presente en algún ataque terrorista?
- ¿Has pasado por algún abuso sexual o violación?
Lo preguntaba bajo la misma categoría de acontecimientos traumáticos en la vida, dando el mensaje de que la violación, al igual que el ataque terrorista, no dependía de ellas, que no tenían la culpa, y que ellas son las víctimas de igual manera.
Puede que te suene todo eso, puede que hayas pasado por un abuso sexual en la infancia o una violación, puede que estés embarazada y tengas miedo o terror al parto.
Si los recuerdos emergen, si te ves desconectada, intenta volver al presente. He coleccionado consejos que te podrían ayudar:
10 consejos que te pueden ayudar.
- Confía en ti, en tus capacidades y en tu fortaleza. Para muchas mujeres el embarazo y el parto es un proceso de sanación. Si surge todo es porque tu cuerpo sabe que lo puedes superar. Tu cuerpo está expresando su dolor.
- Céntrate en cosas del aquí y ahora. Puedes decir en voz alta todo lo que te rodea, sofá azul, espejo blanco, papel amarillo…
- Atendí una mujer que contó durante todo el parto los números que enseñaba el monitor. Y cuando no podía hablar por la contracción, los contaba el marido.
- Crea tu propio nido. Es difícil en el hospital, pero puedes hacerlo con tu cojín, fotos, música, un cuaderno y un bolígrafo. Todo lo que te puede hacer sentir segura. Si tienes tu nido en tu casa para los momentos difíciles, puedes llevar algo simbólico de allí al hospital.
- Lleva algún objeto que te pueda devolver a la realidad de ahora, al aquí. Una pelota con pinchos, una botella con agua helada..
- Si te quedas sin palabras, y tu pareja o acompañante del parto conoce tu situación, podéis acordar algún signo que significa “necesito que hables por mi, necesito que me ayudes”.
- Lleva tu plan de parto, y busca la matrona o el hospital que lo respeten.
- Si esa niña de tus recuerdos vuelve constantemente, en vez de luchar, imagina un lugar seguro y llévala allí.
- Rodéate de las personas y cosas que te generan seguridad, y saca de tu ambiente lo que te da miedo. No es igual, pero en el parto de mi hijo mayor, me pasaron al paritario justo antes de su nacimiento. Parecía un quirófano, y quizás lo era. Una figura grande de Jesucristo crucificado, lleno de sangre estaba puesta justo encima de la cama. Hasta ese momento pensaba que todo iba bien, pero al verlo, estaba segura de que lo habían puesto porque me iba a morir y que allí es donde llevaban a las mujeres que estaban a punto de pasar a otra vida en el parto.
- Céntrate en las respiraciones. Cuenta los tiempos de inhalación y exhalación.
Y si eres profesional…
Para profesionales, el resumen más completo y profesional que he visto sobre el tema, es de la magnifica Penny Simkin. Os lo adjunto aquí, éste es el link (en inglés).*
¿Tienes algún consejo más que podría ayudar a más mujeres? ¿Algo de tu experiencia profesional o personal que te gustaría compartir?
Gracias
Shiran Efraty, matrona
*Me han dicho que no sale el link directo al articulo, pero sí a la página. En esa página, entrad en una carpeta que pone Articles and Handsout y allí abrir el articulo : Clinical Challenges In Childbirth Related To Childhood Sexual Abuse
Qué realidad más grande y más triste. Cuánta necesidad de darle luz verde a esas mamás y de que se sientan empoderada en ese momento tan importante de sus vidas…
Como siempre, los profesionales sensibilizados, empáticos y formados sois la clave del cambio, y espero que tú post recorra muuucho trecho.
Yo, con tu permiso, pienso colgarlo en mis RRSS de El Pollito Mamífero.
Mil gracias por el apoyo tan grande que siempre muestras.
Mil gracias a ti Mar. Si te digo la verdad la formación que tenemos en estos temas es escasa, y me incluyo a mi. Solo tras casualidades se conocer mujeres que han pasado por allí empecé a buscar la información, leer y darme cuenta de señales a veces muy sutiles. Pienso que tenemos a cuidar a todas las mujeres como si fueran víctimas de abuso sexual. La mujer (aunque en el hospital es más dificil) tiene que sentir que el poder lo tiene ella, intentar que la relación no sea jerárquica sino de acompañamiento y guardar su intimidad al máximo. Ojalá para todas las mujeres su parto será su oportunidad de superación y sanación de esa herida y no un trauma a vivir de nuevo.
Hola a todas. Me gustaría contaros nuestra experiencia.
El 27 de Julio de madrugada me puse de parto.
Tanto mi pareja como yo teníamos claro que si todo iba bien queríamos tener un parto totalmente natural, sin epidural, ni oxitocina ni nada que pudiera cohibir el proceso de la naturaleza.
En principio cuando entré en la sala de parto me pusieron los monitores y me cogieron la vía pero sin conectàrmela pues no había necesidad. Como decía, en principio, me atendió una matrona muy dulce pero en cuanto me puso los monitores y poco más se fue.
De repente entra un hombre sin presentarse y me hace preguntas. Mi pareja y yo teníamos claro que si era necesario pondríamos una hoja de reclamación en caso de que el trato no fuera el adecuado.
Todo fue mas o menos bien hasta que este señor, matron, vino para ver cuanto había dilatado. En ese momento me venia una contracción y mi pareja que estaba atenta le dijo ‘espere por favor a que pase la contraccion para que no le duela’a pesar de la petición hizo caso omiso y efectivamente me hizo el doble de daño y además con malos modales susurró ‘por dios que exagerada’.
Ah bueno, antes de eso como yo me baje de la cama y caminaba y me sentaba y hacia todo lo necesario para que las contracciones no me dolieran tanto pues los monitores se perdían y se ve que eso al matron no le gustó así que entró e intento desmoralizarme psicológicamente diciéndome que si yo estaba segura que no quería la epidural y que sólo tenia tres de dilatación y no podría hacerlo, aguantar tanto dolor.
Le miré y le dije que ya estaba decidido y punto.
Pero como sus formas no fueron en ningún momento las adecuadas y no respetó nuestras peticiones mi pareja habló tranquilamente con él pidiéndole los datos para ponerle una hoja de reclamación.
Es cierto que al final no la pusimos porque cambió su comportamiento en cuanto supo nuestra postura. Mas suave que un guante.
Por suerte para mi pareja, mi hijo y para mí yo seguía de parto cuando se produce el cambio de turno.
Y apareció por las puertas nuestra angel de la guarda Shiran.
Pude parir a cuatro patas Jajajja como una verdadera animal y mi parto fue hecho realidad.
No dejemos que decidan por nosotras. Pues nosotras somos dueñas de nuestro cuerpo y nadie más. Pensad en el presente y en ayudar a nacer a vuestro hijo, cueste lo que cueste.
Gracias Shiran y gracias también a nuestra preparadora para el parto, Ana Isabel.
Besos y abrazos.