Parto en agua

Contracciones y sonrisas.

Ella me ha llamado esta mañana. “Shiran, tengo contracciones, creo que va a ser hoy“.

Se escucha su sonrisa, está emocionada, ¡por fin ha llegado el día!
Sofía ,su doula, me llama poco después: ” Acabo de llegar, sin prisa, esta charlando entre las contracciones”.
Qué bien, voy para allá.

Llego a su casa y veo a Patri, de rodillas apoyada en el sofá en un ambiente que parece mágico, casi sagrado.
Me ve y se ríe. Aquí estoy, dice, parece que las contracciones fuertes te estaban esperando, has llegado y …. aaaahhhmm viene otra.
Escuchamos a Darío.

Contracciones, agua y sal. 

La piscina esta ya calentita. Echamos sal y Patri se desnuda y se mete dentro.
Las contracciones ahora parecen mucho más intensas, duran más y dejan menos tiempo de recuperación.
Creo que me impregnaba de oxitocina y endorfinas yo también, porque a partir de este momento ya no me acuerdo bien del orden de lo que pasaba.
Cantamos juntas con Rosa Zaragoza y Snatam Kaur de fondo.

Escuchamos el corazón de Darío.
Siento que en este ambiente, el aparato eléctrico sólo molesta. Confirma lo que ya sé, que todo va bien.
Un bebé sano y fuerte
Una mamá sana y fuerte.
A los sonidos de su corazón seguían los latidos del tambor.

Energía, fuerza, amor y confianza.

Cuanta energía y fuerza.
Juan Carlos esta pendiente de ella.
Se están abrazando y besando
Amor, intimidad, pasión.
Están unidos. Me emociona verlo.
Cuando dicen que el parto forma parte de la sexualidad humana, es exactamente esto.

Momentos y recuerdos.

Patri llora, empuja, exhala, sonríe, cierra los ojos.
“De este cuerpo sale, de este cuerpo sale” repite Poline.
El canto, los latidos, la música, el mantra
Todo me llega.
Pienso en mi padre.
Murió el sábado, una mañana como hoy.
Pienso en mi abuela cuando lo tuvo.
Pienso en todas las madres.
Se me llenan los ojos de lagrimas.

¡Estoy sintiéndolo! ¡Esta saliendo! Dice Patri.
Suave mi vida – le digo – suave.

Y el bebé sale solo.

Cabecita y cuerpo que van rotando al salir.
Totalmente solo.
Qué bonito es verlo.
Qué bonito es no tocar nada.

Patri lo coge en brazos y llora. Todos lloran, o quizás se ríen, no lo sé.
La sensación es de felicidad y normalidad, como nos decía una sabia matrona.
Ojalá todas las mujeres pudieran vivirlo así, dice Patri.

Ojalá.

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